jueves, 26 de enero de 2017

Los millones de Brewster, de George Barr McCutcheon

Reseña de Patricia López Garrido.

Ya os he contado en este blog cientos de veces que soy fan incondicional de la literatura feel good; este año he leído varias novelas de este tipo y todas me han encantado, por cierto. Pero un día, leyendo este artículo de Ateneo Literario de Mónica Serendipia, me produjo mucha pero que mucha curiosidad que el libro que os vengo hoy a reseñar estuviera el primero de una lista de 10 títulos imprescindibles de novela feelgood.

Se trata de Los millones de Brewster, de George Barr McCutcheon. Si os preguntáis qué fue lo que tanto me llamó la atención de él, os diré que fueron varias cosas: primero, que estuviera escrito en los años 20; segundo, que el protagonista fuera un personaje masculino; y, por último, que la historia tuviera que ver con dinero.

En un principio, ninguna de estas tres premisas encajaba con mi definición de literatura feel good pero todo quedó en meros prejuicios: primero, porque ya sabéis que los años 20 americanos se caracterizan por ser los Felices Años 20; además, a pesar de que el término feel good sea relativamente nuevo, el género ya tiene unos cuantos años, basta con echar un vistazo al listado del artículo que os comentaba antes.

Segundo, si bien es cierto que casi todos los libros feel good que he leído tienen como protagonista a una mujer, hay excepciones muy excepcionales como Brooklyn follies, de Paul Auster. Y, en tercer lugar, y a pesar de lo que pueda parecer, los millones son solo una excusa para que Monty Brewster descubra lo verdaderamente importante.

Por otro lado, Los millones de Brewster cumple todos los requisitos de una buena novela feel good, siempre desde mi punto de vista, claro: hay un personaje con una actitud fuerte y positiva ante la vida, que se enfrenta a un reto y consigue salir victorioso. El final, desde luego, es feliz, pero lo es porque el personaje va evolucionando y buscando para que así sea. También cumple una característica fundamental: se ambienta en lugares de ensueño por los que cualquiera querría pisar.¿O acaso no os gustaría hacer un crucero de tres meses por Europa, Asia y África desde Nueva York?

Con todo esto ya os podéis hacer a la idea: sí, el libro de Los millones de Brewster me ha encantado. Además, desborda Felices Años 20 por todos los poros y la verdad es que ese tipo de literatura me chifla.

Bueno, y después de seis párrafos os digo de qué va: Brewster es un joven americano prometedor que un buen día recibe un millón de dólares de la herencia de su abuelo. Unos días después, le informan de que ha heredado otra fortuna mucho mayor de un tío lejano. Sin embargo, para cobrarla, hay un requisito: tiene un año para gastar la herencia de su abuelo o se quedará sin nada.

Por supuesto, Monty acepta el reto y, aunque a priori parece el sueño de cualquiera, no le será tan fácil gastar ese millón de dólares porque: no le puede decir a nadie lo que pasa, tan solo lo saben sus abogados; no puede hacer donaciones extravagantes; tampoco puede comprar propiedades u otro tipo de bienes porque al cabo del año eso supondría que tendría bienes tangibles derivadas de la herencia de su abuelo. ¿Qué le queda, entonces? Fiestas, viajes, lujos,… pero la alta sociedad neoyorquina empezará a hablar y a cuchichear sobre el nuevo rico; ¡se ha vuelto loco de remate! Y lo peor, dentro de nada se quedará tirado en la calle.