lunes, 5 de septiembre de 2016

Un monstruo viene a verme, de Patrick Ness

Reseña de Patricia López Garrido.

El sábado 3 de septiembre comenzamos nueva temporada en el Club de Lectura de Parla Este, y ya van tres. Me hacía falta encarrilar mis lecturas tras un verano de cierta sequía y cambiar de temática. Y fue así como se me presentó el libro que reseño hoy.

A pesar de que no estaría entre mis favoritos principalmente por el género (juvenil, fantasía), Un monstruo viene a verme, de Patrick Ness, me ha parecido un cuento fluido, entretenido y con una historia reveladora: “Las historias son lo más salvaje de todo […] Las historias persiguen y muerden y cazan”.

Conor es un chico de 13 años que, desde que su madre cayó enferma, tiene una pesadilla recurrente de la que huye. Pero el tejo que ve desde su ventana reencarnado en monstruo empieza a aparecérsele un buen día a las 00:07 y le previene: Conor, yo te voy a contar tres historias y, cuando acabe, tú me contarás la tuya, la verdad.

Conor no cree tener nada interesante que contar. Desde que su madre está enferma no tiene contacto con casi nadie, los chicos del colegio se meten con él, los profesores lo compadecen, su padre ha rehecho su vida con una nueva familia y su abuela no es la típica afable de los cuentos.

Pero el monstruo insiste. Progresivamente, se le va apareciendo y contando historias que parecen tener un final y después tienen otro, o los dos a la vez. “Las historias eran criaturas salvajes, muy salvajes, y salían disparadas en la dirección que menos esperabas”.

Y, llegada la hora de la verdad, Conor se ve en la tesitura de pronunciar unas palabras que nunca en la vida hubiera querido pronunciar, pero que ha pensado, y que tienen que ver con la pesadilla recurrente que le atormenta. “¿Cómo pueden ser las dos cosas a la vez? […] Porque los humanos son animales complicados”.

Además de la trama de Conor con el monstruo, hay tramas paralelas en el colegio, con su abuela y con su padre que tendrán un hilo común. No merece la pena desvelar nada más en la reseña, aunque parezca un jeroglífico, porque todo se resuelve en las últimas páginas del libro. Lo que sí me parece interesante es que en todo momento te pongas en el lugar de Conor e intentes pensar, según avanza el libro, en la verdad que le puede llegar a atormentar de esa manera.

El libro está escrito de una forma sencilla y narrado como un cuento. Mezcla realidad y ficción y queda en manos del lector, a través de las pistas que ofrece el narrador, la interpretación. Es bastante corto y se lee rápido. Puede ser un buen libro para cerrar una etapa y abrir otra distinta, como me ha pasado a mí. Espero que disfrutéis de él como lo he hecho yo después de una temporada en la que me costaba horrores concentrarme en la lectura.